En la Biblia encontramos un pasaje sobre una parábola que Jesús utilizó para ilustrar la responsabilidad que cada uno de nosotros tenemos de administrar sabiamente los recursos que Dios nos a dado. El pasaje lo conocemos como la parábola de los talentos y se encuentra en Mateo 25:14-30.
En esta ocasión quiero reflexionar un poco en las palabras del versículo 21 de éste pasaje: "bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu Señor"
Existen personas que aseguran que si tuvieran más dinero ayudarían a muchas persona necesitadas, por ejemplo; harían donaciones a instituciones de beneficencia, cuidarían de los huérfanos, atenderían a las viudas y estarían dispuestos a ser misioneros para atender las necesidades en otros lugares lejanos para ayudar al prójimo.
Todas estas son buenas ideas y admirables, lo único que no está bien es que estas mismas personas de tanta entrega y sacrificio son aquellas que se niegan a dar los diezmos y las ofrendas a Dios como lo dice su palabra, porque no tiene el deseo de hacerlo o porque no conocen el propósito del plan de Dios.
Es posible medir el compromiso que un cristiano tiene con Dios a través del cumplimiento del mandato de dar de sus bienes para So Obra. Si confesamos que Él es nuestro Señor, también debemos reconocer que es Señor de todo lo que poseemos. Este es el principio de la economía de Dios.
A veces, nos cuesta entender que Dios puede hacer mucho más con nuestros recursos si se lo damos de todo corazón y con alegría. Seremos mejores administradores de todos nuestros bienes si dejamos que El Señor dirija nuestras decisiones financieras.
Si somos fieles a Dios en estos asuntos "pequeños" y sencillos como devolver nuestros diezmos y ofrendas, también seremos fieles en el cuidado de nuestra familia, fieles en ayudar a otros, fieles en el trabajo y con nuestros amigos. De esta manera nos estaremos preparando para recibir de Dios mayores responsabilidades y más bendiciones pues las utilizaremos adecuadamente en beneficio de otras personas porque hemos entendido el plan de Dios para nuestra situación financiera.
El Señor es fiel y derrama diariamente bendiciones sobre todo lo que somos y tenemos; entonces, nosotros también debemos ser fieles con Él.
Que el Señor nos capacite con su sabiduría para entender el propósito de su economía y de esa manera poder cumplir con las expectativas que Él tiene de cada uno de nosotros como sus administradores.
En esta ocasión quiero reflexionar un poco en las palabras del versículo 21 de éste pasaje: "bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu Señor"
Existen personas que aseguran que si tuvieran más dinero ayudarían a muchas persona necesitadas, por ejemplo; harían donaciones a instituciones de beneficencia, cuidarían de los huérfanos, atenderían a las viudas y estarían dispuestos a ser misioneros para atender las necesidades en otros lugares lejanos para ayudar al prójimo.
Todas estas son buenas ideas y admirables, lo único que no está bien es que estas mismas personas de tanta entrega y sacrificio son aquellas que se niegan a dar los diezmos y las ofrendas a Dios como lo dice su palabra, porque no tiene el deseo de hacerlo o porque no conocen el propósito del plan de Dios.
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1 comentario:
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