Este era un billete de $200 pesos y otro de $20 pesos que se encontraban en una bolsa de banco en el edificio del banco central. Mientras se encontraban lado a lado, el billete de $20 le preguntó a su compañero, "Oye, amigo, ¿dónde has estado? No te he visto en mucho tiempo." El de $200 respondió: "Amigo, ¡¡Vaya que he tenido trabajo!! He viajado a países distantes, también a los restaurantes más caros, a los casinos más grandes y finos. También he estado en numerosas boutiques, en centros comerciales de lujo, De hecho, justo en esta semana estuve en un concierto de rock, también estuve en un partido de béisbol, otro de básquetbol, en un rodeo, en un balneario, en un salón estilista de gran clase. ¡¡He hecho todo eso!! Después de haber descritos todos esos grandiosos viajes, el billete de $200 pesos le preguntó al de $20, "¿y a ti cómo te ha ido? ¿Dónde has estado?" El billete de $20 pesos respondió, "Bueno, he estado en la Iglesia Bautista, Metodista, también en la Iglesia Episcopal; en la Iglesia de Dios, la Católica, la Mormona, la de los Santos de los Últimos Días, la Iglesia de los Discípulos de Cristo, la Iglesia Anglicana, en la Iglesia Adventista....etc, etc "¡¡¡ESPERA, ESPERA, DETENTE UN M IN U T O !!!" gritó el billete de $200, "¿Qué es una iglesia?"
Tal vez ésta ilustración nos cause un poco de riza, pero desafortunadamente es triste ver como para todos nuestros deseos, caprichos y antojos somos capaces de gastar grandes cantidades de dinero, pero cuando se trata de ofrendar para la causa de Dios en nuestras iglesias, por lo general damos de lo que nos sobra y casi siempre son cantidades pequeñas de dinero.
Proverbios 3.9-10 dice; “honrra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia y tus lagares rebosarán de mosto”
En otras palabras, debemos darle a Dios de lo mejor que tenemos y él cumplirá su promesa y nos regresará mucha mayor bendición.
Si solamente regresamos a Dios el diezmo, no estamos haciendo nada extraordinario, pues es lo mínimo que podemos hacer como cristianos que decimos ser, pero cuando somos generosos con nuestras ofrendas, estamos dando un testimonio de que Dios es, efectivamente el dueño de todo lo que poseemos y que estamos dispuestos a confiar en su provisión para nuestras necesidades personales. Recordemos que mostramos nuestra fe al dar. Jesús dijo que es mejor dar que recibir. Salomón declaró que el hombre generoso prospera.
No olvide que “si sembramos centavos, cosecharemos centavos y si sembramos billetes, cosecharemos billetes”