Los compromisos contraídos con tarjetas de crédito en Estados Unidos se han cuadruplicado desde el año 1986. La deuda de los consumidores norteamericanos ha llegado a un billón de dólares. Para tener una idea de la seriedad del asunto, si colocáramos billetes de cien dólares, uno encima de otro, con un billón de dólares haríamos una columna de unos ¡cien kilómetros de alto! (unas setenta millas).¿Y cómo andamos los latinos? No mucho mejor que los "gringos". El crédito fácil ha sido un veneno para muchas de nuestras familias. Por un lado, porque muchos de nosotros crecimos en un pasado donde tener crédito era solo cosa de ricos, y por lo tanto nunca aprendimos a manejarlo. Por el otrolado, las oficinas de mercadeo en estos días promueven la idea de "disfruta hoy, paga después", una filosofía de consumo peligrosa. Así que, antes de "tarjetear", tome en cuenta estos principios económicos para no tener jamás problemas con el uso de su crédito:
- Nunca compre algo con tarjeta que no esté presupuestado
- Comprométase a pagar cada mes el 100% del balance
- Comprométase a no usar más su tarjeta de crédito.
a. Caliente el horno a fuego mediano hasta llegar a los 170° C
b. Prepare una bandeja para pizza y úntela con aceite o manteca
c. Coloque sus tarjetas en la bandeja, y esta en el horno por 15 minutos
d. Llame a la compañía y dígales que cuando caduque la tarjeta no quiere que le manden ningún reemplazo.
No se sienta mal. Eso no quiere decir que uno es un inútil porque las tarjetas no son para uno. Lo que ocurre es que hay ciertos tipos de personalidad que manejan mejor los conceptos y las ideas de tipo concretas . Esas personas (entre ellos tengo algunos amigos míos muy cercanos) no deben manejar un concepto abstracto como el concepto de crédito. "tarjetear" no es para usted, maneje dinero en efectivo. Si usted cumple en su vida financiera estos tres simples principios económicos, nunca tendrá problemas con ese tipo de deudas y ¡desde ahora podrá comenzar a conjugar el verbo "tarjetear" de una manera diferente!Fragmento del libro Como llego a fin de mes, paginas 109 a 111