Algunas definiciones de deuda podrían ser las siguientes:
La obligación que uno tiene de pagar, satisfacer o reintegrar a otro algo, por lo común dinero, o de cumplir un deber.
Dinero que se adeuda a otra parte.
Préstamo de dinero u algún objeto que se tiene que pagar a futuro con intereses.
Dinero que se le debe a un individuo o a un banco
Desde el punto de vista de una empresa, una deuda se genera por la compra de bienes activos, por servicios recibidos, por gastos o préstamos, y pasa a formar parte del pasivo de la misma.
La definición de las Escrituras de la deuda es la incapacidad para cumplir con unas obligaciones acordados. Cuando una persona se vale del crédito para comprar algo, eso no es necesariamente una deuda, sino más bien un contrato. Pero al incumplir las normas de ese contrato, entonces sí se considera una deuda desde el punto de vista de la Biblia.
Proverbios 22:7 “El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta”
El dicho “no pidas ni des prestado” parece un versículo de la Biblia, pero es una cita de Benjamín Franklin
El hecho de que una persona se encuentre endeudada es el resultado de una actitud anteriormente adoptada: la de no haber entendido o de no haber obedecido a los principios de Dios.
Endeudarse es un asunto que tiene que ver con los impulsos. Algunas personas tienen un deseo incontrolable de comprar cosas. A veces lo hacen para adquirir amor propio pero la mayoría de las veces por ignorancia.
Estar en deuda no es en sí el problema, la deuda es solamente un síntoma del verdadero problema: avaricia, impaciencia, temor, falta de disciplina, hábitos pobres de mayordomía, etc.
Cuando un cristiano sigue pidiendo dinero prestado, sin poder en realidad disponer de los medios suficientes como para devolver el préstamo, su categoría viene a ser la del engaño y la avaricia. No cabe duda alguna de que este estado mental no hará otra cosa que separar a cualquier cristiano de la voluntad de Dios.
Son muchas las personas que en la actualidad, se encuentran hundidos por causa de una enorme cantidad de deudas, y el uso inapropiado de las finanzas ha sido la causa de que su vida espiritual se haya desmoronado. Ya no pueden ocuparse de las necesidades de otras personas, de la manera en que Dios nos dirige para que lo podamos hacer, se sienten hundidos bajo un tremendo peso. Al mismo tiempo se sienten derrotados en sus hogares, en ocasiones acosados por sus cónyuges o frustrados e incluso intimidados por las personas a las que les deben dinero que están constantemente encima de ellos.
“Lleven siempre cuantas claras, paguen en efectivo, vivan libres de deudas” Arnold Blech
El número total de bancarrotas presentadas en corte el año pasado bajó a 618 mil casos, lo que representa un drástico descenso del 70 por ciento, si se compara con la cifra récord obtenida en 2005 de 2.1 millones de casos de quiebra, según la Oficina Administrativa de las Cortes de Estados Unidos en Washington.
Los propagandistas dicen, “eleve su nivel de vida comprando lo que desea y páguelo mientras goza”. La realidad es que al meterse en deudas lo que usted está haciendo es rebajar su nivel de vida para el futuro.
Daños espirituales de la deuda:
La deuda descarta la posibilidad de dar. La persona se justifica de no poder dar con la excusa de que tiene que pagar sus deudas primero.
Cuando se pide prestado siempre se abusa del futuro. El dinero que pedimos prestado debe ser pagado.
Pedir prestado le niega a Dios la oportunidad de obrar a su favor.
Muchas veces gastamos motivados por nuestro orgullo egoísta. Simplemente para dar una buena impresión a otros.
Sin lugar a dudas, la deuda personal es la estrategia número uno de Satanás en contra de los cristianos. Esta deuda personal se facilita a través de muchos paquetes y sistemas de entrega, en forma de tarjetas de crédito, Hipotecas, Compras a plazos, prestamos para autos, etc.
Muchos ven la deuda no solo como un hecho natural sino como un bien positivo, como lo demuestra la dinámica del mercado de bonos que es al compra y venta de deuda, tanto privada como pública.
Consumo; un factor critico.
Primero que todo, el consumo excesivo reduce el flujo de efectivo tanto para individuos como empresas. Si usted compra algo a crédito hoy, perderá parte del dinero hoy pero en el futuro perderá esa misma cantidad y mucho más.
En segundo lugar, el interés sobre los préstamos reduce todavía más el efectivo disponible.
En tercer lugar, la depreciación empieza de inmediato excepto en bienes raíces.
En cuarto lugar, sin dinero a la mano no queda capital para generar más ganancias por concepto de intereses.
En quinto lugar, se pierden oportunidades para inversiones futuras, para crecimiento o para aportar a causas dignas.
En sexto lugar, Los deseos se convierten en necesidades con el paso de tiempo. Las actitudes cambian a medida que adquirimos más cosas.
Debido a que la gente no tiene que pensar tanto en sus compras al usar crédito, todos los días se toman malas decisiones financieras.
En nuestro tiempo, la pregunta más crítica es cuánto debe uno consumir. Para salir adelante con el problema de las deudas, primero debemos pedir la bendición de Dios en cuanto a nuestras finanzas, segundo debemos pensar en consumir menos antes de gastar más. Esto tiene que ver con redefinir cómo pagamos los bienes y servicios que tenemos a disposición, así como cuándo pagarlos.
La literatura bíblica de la ley y la sabiduría nos advierte acerca de pedir prestado y prestar. La Santa Biblia no dice en ninguna parte que pedir prestado sea pecado, pero tampoco es sabio. Es más, Moisés instó al pueblo de Dios a no cobrar interés entre hermanos de la fe.
Es como si Dios advierte proféticamente sobre el problema social que viene como resultado de pedir prestado sin sabiduría.
Recuerde que endeudarse es tan fácil como resbalarse en una montaña cubierta de hielo. Y salir de las deudas es tan difícil como tratar de escalar esa misma montaña.
La obligación que uno tiene de pagar, satisfacer o reintegrar a otro algo, por lo común dinero, o de cumplir un deber.
Dinero que se adeuda a otra parte.
Préstamo de dinero u algún objeto que se tiene que pagar a futuro con intereses.
Dinero que se le debe a un individuo o a un banco
Desde el punto de vista de una empresa, una deuda se genera por la compra de bienes activos, por servicios recibidos, por gastos o préstamos, y pasa a formar parte del pasivo de la misma.
La definición de las Escrituras de la deuda es la incapacidad para cumplir con unas obligaciones acordados. Cuando una persona se vale del crédito para comprar algo, eso no es necesariamente una deuda, sino más bien un contrato. Pero al incumplir las normas de ese contrato, entonces sí se considera una deuda desde el punto de vista de la Biblia.
Proverbios 22:7 “El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta”
El dicho “no pidas ni des prestado” parece un versículo de la Biblia, pero es una cita de Benjamín Franklin
El hecho de que una persona se encuentre endeudada es el resultado de una actitud anteriormente adoptada: la de no haber entendido o de no haber obedecido a los principios de Dios.
Endeudarse es un asunto que tiene que ver con los impulsos. Algunas personas tienen un deseo incontrolable de comprar cosas. A veces lo hacen para adquirir amor propio pero la mayoría de las veces por ignorancia.
Estar en deuda no es en sí el problema, la deuda es solamente un síntoma del verdadero problema: avaricia, impaciencia, temor, falta de disciplina, hábitos pobres de mayordomía, etc.
Cuando un cristiano sigue pidiendo dinero prestado, sin poder en realidad disponer de los medios suficientes como para devolver el préstamo, su categoría viene a ser la del engaño y la avaricia. No cabe duda alguna de que este estado mental no hará otra cosa que separar a cualquier cristiano de la voluntad de Dios.
Son muchas las personas que en la actualidad, se encuentran hundidos por causa de una enorme cantidad de deudas, y el uso inapropiado de las finanzas ha sido la causa de que su vida espiritual se haya desmoronado. Ya no pueden ocuparse de las necesidades de otras personas, de la manera en que Dios nos dirige para que lo podamos hacer, se sienten hundidos bajo un tremendo peso. Al mismo tiempo se sienten derrotados en sus hogares, en ocasiones acosados por sus cónyuges o frustrados e incluso intimidados por las personas a las que les deben dinero que están constantemente encima de ellos.
“Lleven siempre cuantas claras, paguen en efectivo, vivan libres de deudas” Arnold Blech
El número total de bancarrotas presentadas en corte el año pasado bajó a 618 mil casos, lo que representa un drástico descenso del 70 por ciento, si se compara con la cifra récord obtenida en 2005 de 2.1 millones de casos de quiebra, según la Oficina Administrativa de las Cortes de Estados Unidos en Washington.
Los propagandistas dicen, “eleve su nivel de vida comprando lo que desea y páguelo mientras goza”. La realidad es que al meterse en deudas lo que usted está haciendo es rebajar su nivel de vida para el futuro.
Daños espirituales de la deuda:
La deuda descarta la posibilidad de dar. La persona se justifica de no poder dar con la excusa de que tiene que pagar sus deudas primero.
Cuando se pide prestado siempre se abusa del futuro. El dinero que pedimos prestado debe ser pagado.
Pedir prestado le niega a Dios la oportunidad de obrar a su favor.
Muchas veces gastamos motivados por nuestro orgullo egoísta. Simplemente para dar una buena impresión a otros.
Sin lugar a dudas, la deuda personal es la estrategia número uno de Satanás en contra de los cristianos. Esta deuda personal se facilita a través de muchos paquetes y sistemas de entrega, en forma de tarjetas de crédito, Hipotecas, Compras a plazos, prestamos para autos, etc.
Muchos ven la deuda no solo como un hecho natural sino como un bien positivo, como lo demuestra la dinámica del mercado de bonos que es al compra y venta de deuda, tanto privada como pública.
Consumo; un factor critico.
Primero que todo, el consumo excesivo reduce el flujo de efectivo tanto para individuos como empresas. Si usted compra algo a crédito hoy, perderá parte del dinero hoy pero en el futuro perderá esa misma cantidad y mucho más.
En segundo lugar, el interés sobre los préstamos reduce todavía más el efectivo disponible.
En tercer lugar, la depreciación empieza de inmediato excepto en bienes raíces.
En cuarto lugar, sin dinero a la mano no queda capital para generar más ganancias por concepto de intereses.
En quinto lugar, se pierden oportunidades para inversiones futuras, para crecimiento o para aportar a causas dignas.
En sexto lugar, Los deseos se convierten en necesidades con el paso de tiempo. Las actitudes cambian a medida que adquirimos más cosas.
Debido a que la gente no tiene que pensar tanto en sus compras al usar crédito, todos los días se toman malas decisiones financieras.
En nuestro tiempo, la pregunta más crítica es cuánto debe uno consumir. Para salir adelante con el problema de las deudas, primero debemos pedir la bendición de Dios en cuanto a nuestras finanzas, segundo debemos pensar en consumir menos antes de gastar más. Esto tiene que ver con redefinir cómo pagamos los bienes y servicios que tenemos a disposición, así como cuándo pagarlos.
La literatura bíblica de la ley y la sabiduría nos advierte acerca de pedir prestado y prestar. La Santa Biblia no dice en ninguna parte que pedir prestado sea pecado, pero tampoco es sabio. Es más, Moisés instó al pueblo de Dios a no cobrar interés entre hermanos de la fe.
Es como si Dios advierte proféticamente sobre el problema social que viene como resultado de pedir prestado sin sabiduría.
Recuerde que endeudarse es tan fácil como resbalarse en una montaña cubierta de hielo. Y salir de las deudas es tan difícil como tratar de escalar esa misma montaña.